¿Por qué no me da por comer brócoli sin fin y me da por comer pizzas o bollos?
Existen muchas razones por las que te puede costar comer de forma saludable. Hoy nos vamos a centrar en una explicación fisiológica, ¿estamos hechos para que nos gusten los alimentos insanos?
Para contestar a esta pregunta nos remontaremos unos cuantos miles de años atrás cuando, en plena naturaleza primaba la escasez. La abundancia de alimentos no era lo más habitual. En ese momento necesitábamos que los pocos alimentos que ingeríamos satisficieran nuestras necesidades, sobre todo de energía. Es por ello, que nuestro “gen glotón” resultó muy útil en esos tiempos y nos permitió llegar hasta nuestros días.
Este gen se encarga de activar nuestro mecanismo de recompensa cuando ingerimos alimentos altos en nutrientes necesarios para sobrevivir, como son los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. Especialmente la combinación de azúcar (un hidrato de carbono) y de grasa es la que activa por excelencia ese mecanismo de recompensa, haciéndonos desear más y más y que el esfuerzo por conseguir ese alimento valiera la pena.
Un mecanismo muy útil que nos trajo hasta aquí, pero ¿y ahora qué?
Ahora nuestro entorno ha cambiado, ya no vivimos en escasez alimentaria sino en un paraíso para nuestro “gen glotón”. Un paraíso en el que no tenemos que hacer prácticamente ningún esfuerzo físico para activar siempre que lo quiera, esa producción de dopamina, ingiriendo el tipo de alimento que prefiera en ese momento.
Esto lo conoce muy bien la industria alimentaria…
Esto ha hecho que cada vez se desarrollen productos alimentarios que activen más y más intensamente este mecanismo, combinando grasas, con azúcares o edulcorantes, potenciadores del sabor…todo un mix que nos vuelve adictos y que pone a los alimentos naturales en un lugar nada privilegiado para competir con ellos
¿Qué repercusiones tiene esto?
Esto nos lleva a comer más alimentos excesivamente calóricos, totalmente desproporcionados con nuestro gasto y llenos de aditivos y sustancias que nuestro cuerpo necesita eliminar. Esta sobrealimentación, unida a la baja calidad de este tipo de productos alimentarios conlleva el desarrollo de las enfermedades que hoy se sitúan en las principales causas de muerte en países de desarrollados.
¿Cómo podemos evitar esto?
- En primer lugar ¡siendo consciente! El marketing tiene un efecto menos intenso cuando conocemos su estrategia.
- Puedes evitar el exceso de estímulos que te incitan a comerlos.
- Prueba a ser más consciente de en qué momento te apetecen esos alimentos
- Una buena noticia es que los alimentos (cualquier alimento) activa el mecanismo de recompensa. Si estamos atentos y lo disfrutamos con calma podremos observar esa satisfacción que nos aparece cuando comemos alimentos más sanos.
- Puedes empezar a aumentar poco a poco el consumo de alimentos frescos y vegetales, sin presionar, sin obsesionarte, poco a poco.
- Si te cuesta hacerlo sola o no sabes por dónde empezar, no dudes en contar con un profesional que te guíe, el camino será mucho más fácil acompañado.
Ahora cuéntame, ¿sientes este gen glotón?